El 19 de agosto de 1953, Estados Unidos deja su huella intervencionista en Irán perpetrando un golpe contra el primer gobierno democráticamente elegido por el pueblo iraní. Los servicios de inteligencia norteamericanos y británicos planean un golpe de Estado, ideado tiempo atrás, contra Mohammad Mosadeq, el primer ministro de Irán, al que consideraban un enemigo de sus políticas imperialistas y desmesuradas.
Mosadeq pretendía acabar con el injerencismo extranjero en el país persa a través de la implementación de sus ideales independentistas, como la nacionalización de la industria iraní del petróleo y la democratización del régimen político que había gobernado durante varios años.
La asonada, bautizada como Operación Ajax, buscaba salvaguardar los intereses del Occidente en Irán y, por lo tanto, devolvió el poder absoluto al monarca de ese entonces, Mohamadreza Pahlavi.
Luego de varios años, Washington aceptó abierta y formalmente su participación en la operación, publicando miles