En el marco de la Guerra Fría y sin previo aviso, el Ejército de la República Democrática Alemana inicia la construcción de un muro de 155 kilómetros, cuya existencia se alargó durante 28 años. El 13 de agosto de 1961, Berlín amanece dividido; muchos ni siquiera pudieron volver a sus hogares, se quedaron sin familia y perdieron sus trabajos, porque toda la comunicación entre la zona occidental y donde gobernaba la República Democrática Alemana quedó cortada por un obstáculo de tan solo 3,6 metros de altura, custodiado por varias torres de vigilancia. Para pasar al otro lado, había que sortear dicha barrera.
Tras la rúbrica de los tratados que pusieron término a la Segunda Guerra Mundial, las potencias aliadas se repartieron el territorio alemán. Estados Unidos y la Unión Soviética acordaron ocupar el país para instaurar un régimen pacífico y en el que reinase la libertad, lejos del antiguo régimen fascista. El muro fue erigido por la tensión que se originó entre los dirigentes de la