El 29 de agosto de 2003 fue asesinado el ayatolá Muhamad Baqer al-Hakim, líder del grupo chií más grande de Irak, en un atentado con coche bomba. En este incidente perdieron la vida más de 84 personas. El líder espiritual iraquí, que regresó al país en mayo de ese mismo año luego de pasar más de dos décadas en el exilio, dedicó la mayor parte de su vida a criticar el régimen de Sadam Husein y llamó a la gente a la unidad nacional, razón por lo cual, fue blanco de un ataque terrorista.
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