El alcalde Gustavo Petro militó en la guerrilla del M-19, movimiento que se reinsertó a comienzos de los años noventa. Buena parte del reconocimiento público se debe a sus denuncias de la corrupción en el Congreso de la República, desde donde protagonizó debates contra el paramilitarismo, los falsos positivos y el espionaje a opositores y contradictores durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez.