En 2003 las baterías de la primera generación de iPods duraban alrededor de 18 meses. La solución que Apple daba a sus usuarios era: comprar un iPod nuevo, ya que la compañía no ofrecía baterías de recambio. La durabilidad de la vida útil de muchos de los productos que usamos en nuestra vida cotidiana no tendría por qué ser tan corta. Le llaman “OBSOLESCENCIA PROGRAMADA” y a todos nos afecta de alguna u otra forma. “En la Nube” les contamos la manera en la que nos vemos afectados por esta programación intencional. fdd/anz/rba