Aunque no lo crean, la destrucción del patrimonio cultural como táctica de guerra es una práctica habitual y con resultados negativos para la memoria de las civilizaciones. Desde la antigüedad, imperios como el egipcio o el romano destruían los monumentos que eran sagrados para sus enemigos. Hoy, no existen esos imperios, pero sí potencias guerreristas y grupos terroristas dispuestos a aniquilar todo a su paso, por sus objetivos. En la Nube, les contamos cuáles han sido algunas de estas maravillas milenarias que han sido desaparecidas en el siglo XXI por los llamados mercenarios de la cultura, y cuáles están en peligro. mhn/ncl/rba