Los israelíes acusan al régimen de robar a sus hijos en un caso controvertido y aterrador que comenzó en la década de 1950. Las familias de las víctimas dicen que el régimen israelí comenzó a robar a los niños pertenecientes a la minoría mizrají, de origen yemení, y los que provenían de Asia Occidental, el norte de África y los Balcanes, vendiéndolos a los judíos europeos o asquenazíes.
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