Cada situación de emergencia puede generar nuevas restricciones legales. A veces estas restricciones se utilizan como una herramienta para controlar y debilitar a los grupos minoritarios. Por ejemplo, cuando el brote de la COVID-19 golpeó Israel, la comunidad ultraortodoxa recibió un tratamiento diferente. Los miembros de esta minoría se quejan de que sus áreas fueron identificadas injustamente como zonas restringidas.
Creen que las acciones que el régimen israelí tomó en su contra, incluidos el bloqueo, las patrullas militares, el maltrato y la violencia, fueron innecesarias para hacer frente al brote.
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