Ha sido una de las sectas con mayor proyección y protección en nuestra región. Tuvo su origen en desviaciones doctrinales de las corrientes místicas y espirituales del siglo XVI. La Inquisición llerenense los llegó a calificar "de grandes hechiceros y con un pacto con el demonio" que aprovechavan su magia   "para alcanzar las mujeres y aprovecharse de sus cuerpos"