Manuel Vinagre es de un buen aficionado de Cabeza la Vaca. Siempre ha sentido devoción por Juan José Padilla. Manuel nos recuerda con emoción, la tarde en la que el torero de Jerez se despedía de la plaza donde reapareció seis años atrás, tras la dramática cogida de Zaragoza. Una tarde para no olvidar.