A día de hoy no está claro cómo surge esta capacidad, cómo emerge en el cerebro, qué genes están implicados en su aparición. Los acercamientos más elaborados parten de la lingüística, esta disciplina ha realizado una reducción estructural del lenguaje y de ahí se trata de conjeturar qué mecanismos biológicos pueden estar detrás, sustentándolo. Nos lo cuenta Pedro Tiago Martins, investigador en la UB.