Un lunar en el pecho le hizo sospechar, a los 38 años a Esperanza le diagnosticaron un melanoma con metástasis. Encajar la noticia fue un trago duro y más después de haber perdido el trabajo y roto su relación sentimental. En pocos meses tuvo que enfrentarse a la enfermedad y recomponer su vida para luchar contra el cáncer.
Para Jessica sus tatuajes son todo un orgullo, dice que lleva su vida escrita en el cuerpo. Sin embargo, aún no entiende porque a diario la gente tiene prejuicios hacia ella. Jessica es de las que opina que "el hábito no hace al monje".
Cristina es una de las escasas esquiladoras que hay en Extremadura, tiene 21 años y es una enamorada del pastoreo. Se está formando para rentabilizar al máximo su ganadería y es una joven que tiene las cosas muy claras.