Sara no quiere mostrar su rostro, ellas es una comedora compulsiva anónima. Durante años ha mitigado la ansiedad dándose atracones incesantes de comida y lo peor de todo, es que todavía se confunde este trastorno con la anorexia o la bulimia. Paloma tiene tres empleos porque necesita cubrir los gastos del mes, es una mujer con minijobs. No es fácil compaginar horarios y desplazamientos pero se ha buscado así la vida para seguir adelante. Begoña pasó de dependienta a emprendedora y decidió apostar por la venta de lujo en Extremadura. Tuvo claro que había un nicho vacío en este sector y en la actualidad es una empresaria y estilista de renombre.