En 1961 se declaró en España el último caso de paludismo autóctono, es decir, contraído en el propio país. Ese último diagnóstico se dio en un vecino de Rosalejo, Cáceres. De hecho, las comarcas de La Vera y el Campo Arañuelo fueron durante décadas el principal foco nacional de paludismo o malaria. Prueba de ello es el Centro de Interpretación del Paludismo, en Losar de la Vera, un espacio único en el país. Se encuentra en mitad del campo, a unos ocho kilómetros de la localidad, y ocupa el edificio del antiguo dispensario antipalúdico, construido en 1923 en una zona de cultivos conocida como El Robledo.