Situada junto a la capilla mayor, en el lado del evangelio, está la Capilla de los Santos, que guarda los restos de San Fulgencio y Santa Florentina. Según cuenta la tradición, el 26 de octubre de 1223, un labrador que estaba arando quedó sorprendido al ver como el arado tropezaba en algo consistente, que resultó ser la tapa del sarcófago que contenía los restos de San Fulgencio y de Santa Florentina, hermanos de San Leandro y San Isidoro. Según los documentos que acompañaban a las reliquias y que fueron incorporados a la Crónica de Alfonso XI. Al parecer, cuando se produjo la invasión musulmana, los clérigos de Sevilla, en cuya ciudad e iglesia de San Juan de la Palma, se hallaban enterrados dichos Santos visigodos, que habían vivido entre los siglos VI y VII, decidieron evitar la profanación de sus cuerpos y, junto con la imagen de la Virgen de Guadalupe, que presidía el panteón, iniciaron la huida hacia el norte, muy posiblemente siguiendo la Vía de la Plata, pasando por Mérida y, c