La iglesia de Santa María Magdalena de Olivenza fue mandada levantar en el siglo XVI como templo y lugar de residencia de los Obispos de Ceuta.
Para la construcción de la iglesia se lanzó un nuevo impuesto llamado Renta de la Imposición, que gravaba la venta de pescado, carne y aceite.
Su exterior, de estilo manuelino portugués, parte de un gótico tardío y se caracteriza por sus decoraciones naturalistas y la inclusión de elementos marineros. En ella destacan falsas almenas, pináculos, gárgolas, puertas laterales y la puerta principal, con una portada añadida, atribuida a Nicolás de Chanterenne.
Pero lo que más sobrecoge al visitante es su vasto interior, a un tiempo robusto y sensual, dividido en tres naves por ocho formidables columnas torsas que parecen evocar los calabrotes de un navío. Presenta asimismo retablos de talla dorada del XVIII, retablos neoclásicos en mármol de colores y azulejería historiada.
Además, por su singularidad y belleza, la Magdalena fue elegida mejor rincón