En Extremadura hay un millar de vestigios que quedaron sumergidos tras la construcción de los embalses en los años sesenta. Es el caso de la Torre de Floripes o Castillo de Rocafrida en el embalse de Alcántara. La fortaleza fue construida en Alconetar para proteger la Vía de la Plata, en un punto de gran interés estratégico, ya que se emplaza en la frontera natural del Tajo.
El Puente de Alconetar se encontraba originalmente unido a la fortaleza, pero fue trasladado de lugar para preservarlo antes de la construcción del pantano, no ocurrió lo mismo con el castillo.