Teodoro, nuestro maestro de Casar de Cáceres, es un ganadero muy exigente y disciplinado. Lleva 30 años levantándose a las 4 de la mañana para ir a la vaquería y ordeñar a sus queridas vacas suizas, porque son de las pocas explotaciones que aún quedan en Extremadura de vacas frisonas.
Un oficio que aprendió de su padre y que él y sus hermanos no dudaron ni un segundo continuar con el negocio adelante. El secreto de su éxito está en la quesería, donde nuestra aprendiz tiene que hacer queso fresco con la ayuda del maestro quesero, Toribio y del resto del equipo, porque en esta familia todo el mundo echa una mano. El tiempo es oro, Raquel. Comienza la cuenta atrás…