El diagnóstico de cáncer genera un considerable malestar psicológico en los pacientes y en sus familiares. Los estudios señalan que entre un 25% y un 50% de los pacientes diagnosticados de cáncer experimentan niveles elevados de malestar emocional, pero los factores psicosociales relacionados con la enfermedad oncológica continúan con frecuencia pasando desapercibidos en la práctica médica general. Entendemos el malestar emocional o distrés (de las expresiones inglesas psychological distress o emotional distress) como una experiencia emocional desagradable y multifactorial, de naturaleza psicológica (cognitiva, conductual y emocional), social y/o espiritual, que puede interferir con la capacidad de afrontar de forma efectiva el cáncer, los síntomas físicos asociados y el tratamiento pautado.