Natalia ha quedado con sus amigos. Cuando regresa a su casa escucha el bufido de un gato. Las farolas comienzan a parpadear. Levanta la mirada y se encuentra con una figura descomunal de unos 3 metros y vestida con extraños ropajes. Días después, la misma presencia se aparece a otra adolescente, Aurora, al sacar la basura. Los hechos sucedidos en octubre de 1983 adquirieron tal dimensión que incluso se hizo precisa la intervención de la Guardia Civil que durante semanas organizaron batidas para encontrar una explicación a lo sucedido