En Granadilla no vive nadie desde 1965. Diez años antes se ordenó que el pueblo fuera desalojado por convertirse en tierras inundables con la construcción de un embalse que nunca llegó siquiera a mojar el pueblo. Hoy sus vecinos vuelven para recordar como siguen intactos los lugares de su infancia como este colegio que se conserva como en los años 60