Nos alojamos en el Gran Hotel Aqualange, junto al balneario declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993. Un referente nacional de la tradición termal. Nuestras viandas son una ensalada de bacalao con vinagreta de tomates asados y paletilla de cordero lechal. Con Jorge García, instructor de Aventura Extrema, conocemos el slackline (deporte de equilibrio) y el paracaidismo. Y descansamos de tanta aventura con algunos de los tratamientos que ofrece el balneario: aromaterapia con velas, masajes con aceites esenciales de romero y naranja, oxigenación facial, parafangos para aliviar dolores musculares y envolvimiento con chocolate.