La buena salud ambiental de la costa dulce extremeña está directamente relacionada con la diversidad de especies que habitan en ella. Sin embargo, la proliferación de peces extranjeros supone una amenaza para la supervivencia de la fauna autóctona y pueden alterar el ecosistema acuático de nuestra región. Peces como el lucio o el siluro están desplazando a otras especies autóctonas como el barbo, que no tienen desarrollados sus mecanismos de defensa para hacer frente a estos grandes peces.