En la Edad Media se barruntaban cambios sociales profundos, la escasa energía de los esclavos había sido sustituida por colonos adscritos a la tierra en una relación de esclavitud encubierta. Mérida continuó como foco económico económico y cultural de la Lusitania por obra de la Iglesia que sembró su territorio diocesano de conventos, iglesias, hospitales y algún poderoso banco.