La Yeguada Nieto-Romero es humilde. El sacrificado día a día de Agustín, su encargado, nos ayuda a conocer la dedicación y devoción por los caballos que le transmitió su padre, cuyo sueño sigue vivo a través de sus hijos. Cerca de Trasierra, en la Campiña Sur, asistimos al desbravado de un pequeño potro de dos años, Capirote, a través de técnicas de doma racional impartidas por el jinete Fran Pachón. En el hospital veterinario de Cáceres asistiremos a la extracción de una placa de una fractura de codo de una potra. Y, por último, conocemos a Francisco, que lleva toda la vida rodeado de caballos, pasión que ha heredado su hija Beatriz. Junto con su prima Vanesa, Beatriz recordará sus paseos en familia, sus rutas y lo que han vivido a lomos de los caballos.