El músico cacereño Juan Luis Orozco nos cuenta en primera persona cómo está adaptando su vida a la enfermedad neuromuscular que tiene diagnosticada. A este reconocido violista, director del Festival Internacional de Música “Ciudad Monumental de Cáceres”, le diagnosticaron hace tres años distrofia muscular facioescapulohumeral, una enfermedad genética poco frecuente que le ha hecho apartarse de la viola y abrazar un instrumento folclórico sueco desconocido para él hasta entonces, el nyckelharpa. Además de la música, su otra pasión es la escultura y hacia ella quiere reconducir su vida laboral con su horizonte puesto en un sueño: abrir una escuela de escultura en su ciudad natal.