Mientras los dueños del negocio del fútbol se pelean, el balón sigue rodando. Y seguirá haciendolo, creemos. La Superliga de fútbol murió antes de que la pelota empezara a rodar, pero no significa que no vaya a resucitar. Algo se nos escapa en toda esta historia en la que ricos y pobres, románticos y modernos se han manifestado en pro y en contra. Como no podía ser de otra manera, también se ha pronunciado Jose Gómez. ¿De qué lado estará?