Esta semana conocemos la historia de Francisco y Ramón, dos extremeños que se ven obligados a abandonar su tierra en busca de un futuro mejor. Francisco queda huérfano de padre a los diez años y asume la responsabilidad de gestionar el negocio familiar, una peluquería en la ciudad de Badajoz. Pasado un tiempo, la pequeña empresa cierra sus puertas y Francisco decide emigrar junto a su mujer en el año 69. Se instala definitivamente en Valencia, la ciudad que le acoge durante más de treinta años. Francisco nunca ha dejado de añorar su tierra, recuerda con nostalgia el olor a tomillo y la Dehesa extremeña. Y desde Valencia viajamos hasta Logroño, donde conocemos a Ramón, natural de Logrosán en la provincia de Cáceres. La infancia de Ramón está marcada por la ausencia de la figura paterna. Ramón se cría en el campo pero la vida le obliga a buscar trabajo en diferentes lugares del país hasta que finalmente se instala en Logroño y forma su propia familia.