En la décima entrega de El Emigrante conocemos a Flora Díaz, natural de Castilblanco, Badajoz. Sus padres eran labradores y ella ayudaba en la huerta y cogiendo olivas. En 1963, con 14 años, emigró a Madrid para servir en una casa. De Madrid fue a servir a Barcelona en el año 67. En Barcelona se sacó corte y confección y en 1947 se casó con Jesús Pérez, de Teruel.
Después viajamos a Santa Margarida de Montjuic, un pueblo de la provincia de Barcelona, para conocer a Pablo Grados, natural de Alcántara, Cáceres. Su familia se dedicaba al campo y a la ganadería. Pablo, tras trabajar en la construcción del pantano de Alcántara, dejó su pueblo definitivamente en 1966, con 19 años. Junto a su padre emigró a Vilanova del Camí, Barcelona, y un mes después llegarían su madre y sus tres hermanos.