Es casi una expresión sagrada. ¿Por qué los seres humanos necesitamos compartir historias propias o ajenas? Necesitamos contar aquello que sentimos, lo que nos ha ocurrido y no nos deja dormir, estar tranquilos. Pero tenemos miedo a que la sociedad invada nuestra vida privada, nuestra intimidad; y, por eso, necesitamos advertir: "No se lo digas a nadie" Esta semana, a ritmo de bolero, con el club de lectura de la BPM de Siruela, descubrimos secretos e iventamos historias desde la mesa camilla de la radio.