En pleno boom de la educación on-line y de la proliferación de pantallas tanto en casa como en la escuela aparecen estudios que alertan de que este modelo educativo puede empobrecer intelectualmente a los niños. Hay corrientes que, sin dar del todo de lado a los dispositivos electrónicos, creen que es urgente una vuelta a la lectura, al arte, a la música y a los deportes para nutrir el cerebro de los menores. Esta semana conocemos más detalles de uno de esos nuevos modelos educativos más analógicos de la mano de Alberto Solana, socio director del Colegio Ingenio, un centro educativo en el que no usan ni pantallas ni tampoco los tradicionales libros de texto.