No es fácil hacer un buen reclamo, en absoluto. De manera innata debe apuntar maneras y el perdigonero, a base de paciencia y hacer las cosas bien, terminará por pulir su madera. Será avispado, noble y a la vez peleón. Por costumbre los reclamos que se alteran mucho en la jaula y que empiezan a revolverse a la primera de cambio no suelen hacer carrera de su condición. Veremos como estos gestores prueban sus pájaros y conoceremos cual es el mas válido.