El programa ‘Cazadores de Lances’ se desplaza a la mancha de Encinarejo, donde los jabalíes pondrán a prueba a los perros de rehala y a los monteros experimentados en el lance. Relieves ondulados darán la naturalidad a los puestos en los que un grupo de monteros intentarán conseguir el trofeo soñado.
Y terminamos en el embalse de Alcántara donde acompañamos a un padre y un hijo en una jornada de caza en la que el progenitor da las primeras lecciones de caza menor a la perdiz. Este es un ejemplo de la aportación de los mayores para el relevo generacional en la caza. Una escuela práctica en una jornada de caza es la mejor forma de aprender y contagiar la pasión por la caza.