El Flax es ese polo envasado en un plástico estrecho y largo que ha refrescado los veranos a más de dos generaciones y lo sigue haciendo. Son originales de Extremadura, concretamente de Talarrubias y se venden en más de medio mundo. Chipre, Portugal, Croacia, Nueva Zelanda, Rusia o Canadá. Cada día salen unas 500.000 unidades y emplean unas tres toneladas diarias de azúcar manteniendo el sabor de siempre desde hace 50 años.