Diciembre de 1965. En plena Guerra Fría entre Rusia y Estados Unidos y en plena carrera entre ambas potencias para dominar el espacio exterior y apuntarse el tanto de ser los primeros en poner un hombre en la Luna, dos pueblos del sur de Extremadura verán sus apacibles vidas alteradas por un asunto de seguridad nacional y repercusiones en el espionaje internacional. Todas las claves, que conoceremos esta noche, las recoge el informe T-67.
El 6 de diciembre de 1965, un pastor escuchaba varias explosiones y aseguraba haber visto caer del cielo un objeto en llamas. Antes de este hecho, varios estelas luminosas cruzaban el cielo a gran velocidad en una zona demarcada por Fuente de Cantos, Montemolín y Llerena.
En total se recogieron catorce piezas de diferente forma, peso y tamaño que fueron entregadas a técnicos de la Base Aérea de Talavera la Real y después el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial. Tras ser revisados, viajaron hasta Ohio, en Estados Unidos, para ser analizados por