Vestidos con prendas ceremoniales, unos 1.200 hombres danzan en la reunión mayoritariamente zulú de Ebuhleni, en Sudáfrica. Llevan una mezcla de pieles de leopardos cazados ilegalmente y capas hechas en China. Un grupo para la conservación del ecosistema llamado Panthera se las dio en 2013, después de años de negociaciones con los líderes Shembe, algunos de los cuales se resistían a cambiar sus costumbres por orden de alguien que no pertenecía a su círculo. “El leopardo es uno de los animales que realmente tiene poder. Hablamos de fuerza de pensamiento, de ser un líder en el mundo animal”, explica Madoda Zungu miembro de la iglesia Shembe. Pero los leopardos están en peligro en un continente cuya población humana crece a gran velocidad. Cada vez son menos, debido a la reducción de su hábitat, la caza ilegal por sus pieles y otros factores Se estima que entre 1.500 y 2.500 leopardos son cazados en la región para satisfacer la demanda de pieles de los Shembe y que unas 15.000