Con palos y piedras, habitantes xenófobos atacan a venezolanos agrupados en el lado brasileño de la frontera. Los ciudadanos de Pacaraima aseguran que la migración afecta a sus familias. En las noches, los refugiados se esconden por miedo a los ataques xenófobos. Se estima que desde el 2017 han ingresado por esa ciudad más de 127 000 venezolanos.