Los profesores de las escuelas públicas de Líbano llevan tres meses en huelga porque sus salarios apenas cubren los gastos del transporte. La ONU ha advertido de un desastre educativo que también está afectando a los hijos de los refugiados sirios en ese país, a quienes se les ha prohibido asistir a clase, pese a que su educación es financiada por donantes extranjeros.