Tras un fin de semana sangriento con casi una veintena de muertos por la represión policial, el movimiento prodemocracia birmano volvió a salir a las calles. El jefe del Ejército ha prometido mano dura, pero los manifestantes no se amedrentan. Exigen la liberación de su líder electa, Aung San Suu Kyi, en prisión desde el levantamiento militar del pasado 1 de febrero.