Una vida llena de arte y política, de cine y tango. Mientras su talento y carisma en el ambiente artístico le permitieron llenar el vacío que había dejado Gardel, su compromiso social y político hicieron de su trayectoria un camino difícil, que le costó la proscripción y el exilio. Hugo del Carril fue un hombre fiel a sus ideales y a su público.