Hoy, dice Heidegger, “del ser ya no queda nada”. Nuestra realidad se ha cosificado y la consecuencia más inmediata es un mundo operable, medible, cuantificable, pero sin opción a lo imprevisible. Vivimos claramente en una sociedad dominada por los entes. No solo las cosas nos someten, sino que nosotros mismos nos hemos vuelto cosas. ¿Es posible no ser? ¿Qué significa ser algo o alguien? ¿Y cuál es el límite entre ser y no ser?