Pintores y escultores que formaron la primera sociedad de artistas en Buenos Aires (la Sociedad Estímulo de Bellas Artes). Ellos mismos promovieron la formación de un Museo y una Academia de Bellas Artes y realizaron por primera vez exposiciones periódicas de arte (salones) en la ciudad. Eduardo Sívori fue el primero de ellos que se destacó enviando desde Europa una obra de arte provocativa y moderna: El despertar de la criada (1887). Se analizan también Reposo de Eduardo Schiaffino, La Sopa de los Pobres de Reinaldo Giudici, Sin Pan y sin Trabajo de Ernesto de la Cárcova y La vuelta del malón de Ángel Della Valle. Se menciona el estrecho vínculo de estos artistas con los poetas y escritores nucleados en el Ateneo y, en especial, con Rubén Darío.