La provincia de Mendoza cuenta con condiciones únicas para el cultivo de la vid. Con la crisis de los 80, los viñateros tuvieron que aumentar la calidad de su producción e invirtieron en tecnología y mejores uvas. Algunos se quedaron en el camino y otros lograron desarrollarse con fuerza. Hoy, los vinos mendocinos conquistan los mercados internacionales más exigentes.