A raíz de los juicios que se emprendieron contra los responsables del terrorismo de Estado durante la última dictadura militar, entre 1987 y 1990, un sector del Ejército –conocido como “los carapintadas”– realizó una serie de alzamientos que hicieron tambalear la estabilidad democrática que tanto había costado conseguir. El 3 de diciembre de 1990, al mando del coronel Mohamed Alí Seineldín, se iniciaron las maniobras del último y más ambicioso de estos levantamientos, esta vez, contra la cúpula militar y el entonces presidente, Carlos Menem.