Para que no queden dudas de que el piano es mucho más que teclas, al resto lo convierte en percusión. Así empieza a tocar, con los palillos en el interior. Y después viene la charla, para saber sobre el artista y sobre la obra. Pero lo suyo es música sin palabras. Suenan Ese amigo del alma, Nostalgias santiagueñas y otros temas donde el “sampler” deja su impronta.