Desayuno, almuerzo, merienda, cena: nuestro día se rige al ritmo de nuestras comidas. Gracias a los adelantos tecnológicos, hoy podemos saber cómo está compuesto cada uno de los alimentos que consumimos. Desde el tambo hasta la confitería, rastreamos las mediciones para pedir tranquilos: “Un café con leche y dos medialunas, por favor”.