En 1992, la guatemalteca Rigoberta Menchú se convirtió en la mujer más joven en ser premiada con el Nobel de la Paz. Cuando le preguntaron por quiénes luchaba, dijo que ya no buscaba vengar los asesinatos de su familia a manos de fuerzas paramilitares de su país: su lucha era la lucha de todos los indígenas del planeta. Aún hoy, esa pelea continúa.