Fue una de las obras mayores de Roberto Fontanarrosa y una historieta muy poco habitual. En pequeñas entregas autoconclusivas, la historieta mezclaba lo cómico con la acción. Su personaje, Boogie, exagera la violencia hasta llevarla al absurdo; pero la inteligencia y la ironía con que Fontanarrosa desarrolló sus acciones lo convirtieron en un disfrutable héroe del mejor humor negro.