Sónoman se publicó en Anteojito entre 1966 y 1975. El encanto de este superhéroe, leído desde nuestro presente, reside en la gracia y en la originalidad de las historias y en el poder sónico mental del personaje. Además, en los recursos gráficos y tipográficos tan novedosos que utilizó su autor, Oswal. Cazador, casi la contracara de Sónoman, desató un verdadero fenómeno: el caos y la violencia habían ganado y se necesitaban héroes igualmente caóticos y arbitrarios.