La Asamblea del año XIII sancionó medidas muy importantes. Al mismo tiempo, abrió una grieta entre dos hombres, hasta entonces aliados, y sus seguidores: Carlos María de Alvear, por un lado, y José de San Martín, por el otro. Terminaron enfrentándose irremediablemente. Fue el comienzo de una serie de tensiones históricas que se prolongaron a lo largo del siglo XIX.